En la secundaria la
maestra de historia, nos enseñaba como desarrollar un tema basado en la
investigación, resumen y exposición, nos agrupaba en pequeños equipos
compuestos de dos alumnas y dos alumnos, después ella añoraba en el pizarrón
aquellos puntos que deberíamos tomar en cuenta, posteriormente cada equipo daba
comienzo a los trabajos, ella por su parte pasaba a cada equipo observado y
realizando adecuaciones al trabajo que cada equipo llevaba a cabo, la maestra
determinaba de que panera participaría cada integrante de los equipos, marcaba
tiempos, en el pizarrón mostraba cuales
eran los pasos a seguir para poder finalizar el trabajo con una exposición,
nosotros tratábamos de seguir las indicaciones y entregar los mejor posible
bajo sus indicaciones el trabajo.
Ya durante la
exposición la maestra se colocaba como una espectadora más, pero pedía a los
demás compañeros que realizaran preguntas sobre lo que les llamara la atención,
y al final el equipo que exponía tenía que contestarlas, finalmente la maestra
nos comentaba sobre el trabajo realizado y lo que debíamos mejorar, tomando en
cuenta las aportaciones del grupo.
De esta manera fuimos
reproduciendo las indicaciones que nos fue dando durante el ciclo escolar hasta
lograr un producto terminado.
Ya en sexto grado el
desarrollo de exposiciones fue de manera individual, pero en general los
alumnos ya conocíamos el proceso a seguir para elaborar una exposición, pero
esta vez cada uno le imprimió sus particularidades, porque habíamos aprendido
de los demás al socializar dentro de los equipos que habíamos formado en el
ciclo anterior, que a pesar de que la maestra había intervenido de manera
directa en el proceso de aprendizaje, también es cierto que pudimos aportar
ideas, habilidades, y compartimos los conocimientos que adquiríamos durante el proceso,
por mi parte pude llevar a cabo la identificación de las ideas centrales de un
tema, organizar la información, imprimirle mis propias características de
presentación de trabajo, buscar información en ese tiempo en libros,
enciclopedias, monografías se convirtió en algo interesante y me dio apertura a
buscar de manera más profunda los temas a desarrollar.
Los conocimientos que
adquirimos de manera natural, los obtenemos en la vida cotidiana al interactuar
en los diferentes ambientes sociales.
En la familia
aprendemos las tradiciones y costumbres que son parte esencial de nuestra
formación como sujetos, en la escuela damos significado a los objetos que
observamos y les damos un valor subjetivo.
Los maestros por
medio de la preparación de actividades de enseñanza-aprendizaje nos llevan bajo
un proceso de comprensión de significación que confronta nuestras experiencias
cotidianas con aquellas destrezas, razonamiento, habilidades que vamos
desarrollando, por nuestra parte conforme avanzamos en el proceso de
comprensión vamos aplicando lo que el maestro nos indica, por ejemplo cuando
aprendemos las multiplicaciones, bajo el desarrollo del proceso de
mecanización, las resolvemos conforme a la enseñanza que se nos muestra y
reproducimos el desarrollo de este proceso, pero cuando logramos comprender su
aplicación a las diferentes problemáticas de nuestra vida, el conocimiento se
hace propio y lo aplicamos de diferente manera al momento de enfrentarnos a situaciones que
impliquen poner en práctica las habilidades y conocimientos adquiridos, es
decir se comenzamos a formar la resignificación, complementamos lo que los
maestros nos enseñaron con nuestra propias aportaciones, decidimos que es
conveniente o no.
El texto de P. Berger y T.Luckman comienza diciendo “La vida cotidiana se presenta como una
realidad interpretada por los hombres y para ellos tiene el significado de un
mundo subjetivo. El mundo de la vida
cotidiana, es un mundo que se origina en los pensamientos y acciones de los
miembros ordinarios de la sociedad, y es sustentado por éstos.”
Bibliografía
P. BERGER - T. LUCKMAN (1968): "La Construcción social de la realidad"
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